jueves, 31 de mayo de 2012

Cap 18


Chicas!!!Perdonen la demora!!!! He estado a fulll!!!!! Aca esta el cap 18!!! Se termina en breveee!!!! :D Luego nose si subir otra ya que esta en si no tuvo muchas firmas y demas!! Pero lo haria por mis amigas divinas que siempre me firmaron y demas!! :D

Capitulo 18




Una punzada dolorosa de ansiedad penetró en su pecho mientras escuchaba su lenta respiración. Ella le había dicho que lo amaba. Y aunque él la había hecho sentirse amada, no había pronunciado las palabras. Ella necesitaba saber qué sentía él por ella ahora, pero al mismo tiempo, temía la respuesta.
—¿Peter?
—¿Hmm?
—Necesitamos hablar.
Él levantó su cabeza y observó sus ojos.
—Dame un minuto—. Se apartó de ella y caminó desnudo por la habitación para deshacerse del condón que nunca se había vuelto a olvidar desde aquella frenética vez en el almacén del Lake shore. Lali buscó sus bragas y las encontró bajo una mesa de cóctel. Se las puso, y cada segundo que pasaba su ansiedad aumentaba. ¿Qué ocurriría si él no la amaba? ¿Cómo lo podría soportar, y qué iba a hacer si no lo hacía? Él regresó cuando encontró su sostén detrás de un cojín del sofá. Él cogió el sujetador con su mano y lo echó a un lado. La envolvió en su abrazo y la mantuvo contra su pecho, sujetándola más fuerte que nunca en toda su vida. Dentro de sus brazos calientes, con el perfume de su piel llenando sus fosas nasales, se dijo a si misma que la amaba. Y como no tenía ni una pizca de paciencia, no podía esperar a que dijera las palabras que necesitaba oír. En vez de eso oyó un chirrido de madera y unos goznes, como si se estuviera abriendo la puerta principal, y ella se calmó.
—¿Oíste algo?— murmuró.
Él puso un dedo sobre sus labios y escuchó. La puerta se cerró de golpe, haciendo que se moviera.
—¡Demonios!— Ella brincó del susto en los brazos de Peter y cogió la prenda de vestir más cercana, su camisa de franela. El ruido de pasos venía del vestíbulo cuando metió los brazos en las mangas. Los pantalones vaqueros de Peter yacían en alguna parte detrás del sofá, y él se puso detrás de Lali cuando Gwen entró en la habitación. Un extraño sentimiento de déja vu subió por la espalda de Lali. Su madre estaba de pie debajo de una luz, que brillaba en su pelo como si fuera un ángel de Navidad.
Gwen miró de Lali a Peter y a ella otra vez, el asombro abrió sus ojos azules.
—¿Qué pasa aquí?
Lali se cerró la camisa con una mano.
—Mamá…yo…— Sus dedos trabajaron en los botones mientras un sentimiento de irrealidad llenaba su cabeza—. ¿Qué haces en casa?
—¡Vivo aquí!
Peter colocó una mano en su abdomen y la apretó hacia atrás contra él, escondiendo sus atributos de la madre de Lali—. Lo sé, pero tú…se supone que estás en un crucero.
Gwen señaló con el dedo a Peter.
—¿Qué hace él en mi casa?
Lentamente acabó de abotonar la camisa.
—Bueno, ha sido tan amable de pasar la navidad conmigo.
—¡Está desnudo!
—Pues Bien. Sí—. Ella extendió más la bastilla de su camisa en un esfuerzo para ocultarle mejor—. Él…ah… — Ella cerró la boca y se encogió de hombros. No había ninguna salida, la había atrapado. Pero esta vez no era una ingenua chica de dieciocho años. Le faltaban unos meses para cumplir treinta y amaba a Peter Lanzani. Era una mujer adulta e independiente, pero hubiera preferido que su madre no los encontrara desnudos en su salón — Peter y yo tenemos una cita.
—Diría esto es algo más que “una cita”. ¿Cómo pudiste hacerlo, Lali? ¿Cómo pudiste hacerlo con un hombre como él? Es un mujeriego y odia a esta familia—. Ella centró su atención en Peter—. Has puesto las manos en mi hija otra vez, pero esta vez la has fastidiado bien. Has violado las condiciones del testamento de Henry. Me ocuparé de que pierdas todo.
—Nunca me importó una mierda el testamento—. Sus dedos rozaron el estómago cubierto de franela de Lali.
Lali conocía lo suficientemente bien a su madre como para saber que cumpliría su amenaza. También sabía cómo detenerla.
—Si le dices algo a alguien sobre esto, nunca te hablaré otra vez. En cuanto me vaya en junio, nunca me verás. Si crees que me has visto poco desde que me fui hace diez años, espera ahora. Cuando me vaya esta vez, ni siquiera te diré donde estoy. Cuando me vaya, tendré tres millones de dólares y nunca volveré a visitarte.
Gwen frunció los labios y cruzó los brazos bajo sus pechos.
—Hablaremos luego.
La mano de Peter se soltó.
—Si no quieres ver mi culo desnudo, será mejor que salgas de la habitación mientras me visto.
El tono de su voz era afilado como una navaja. Lo había oído una vez con anterioridad. La última vez que los tres habían estado juntos en el despacho de Henry. El día que se leyó el testamento. Lali no podía culparlo de tener los nervios de punta. La situación era terriblemente incómoda, y su madre sacaba a la luz lo peor de algunas personas incluso en las mejores condiciones.
Tan pronto como Gwen se giró sobre los talones, Lali se dio la vuelta.
—Lo siento, Peter. Siento que te dijera esas cosas, y ya te digo que no la dejaré hacer nada que ponga en peligro lo qué Henry te dejó.
—Olvídalo—. Él encontró sus pantalones y se lo puso. Se vistieron en silencio, y cuando lo acompaño a la puerta principal, él salió rápidamente y tuvo el descuido de no besarla para despedirse. Se dijo que no tenía importancia y buscó a su madre. A Gwen no iba a gustar lo que tenía que decir, pero Lali había dejado de vivir para su madre hacía mucho tiempo. Estaba en la cocina, esperando.
—¿Por qué estás en casa, mamá?
—He descubierto que Max no es el hombre para mí. Él es demasiado crítico, —masculló entre dientes—. No hablemos sobre eso. ¿Qué hacía ese hombre en mi casa?
—Te lo dije, pasaba la Navidad conmigo.
—Pensé que era su Jeep el que estaba aparcado delante del garaje, pero estaba segura de que era un error. Ni en un millón de años planeaba encontrarle… contigo… en mi casa. Peter Lanzani de entre todos los hombres. Él es…
—Estoy enamorada de él —interrumpió Lali.
Gwen se agarró a una silla de la cocina.
—Es una broma. Sólo lo dices para vengarte de mí. Estás furiosa conmigo porque te dejé sola en Navidad.
Algunas veces la lógica de su madre aturdía su mente, pero siempre era previsible.
—Mis sentimientos por Peter no tienen nada que ver contigo. Quiero estar con él, y voy a estar con él.
—Ya veo—. La cara de su madre se endureció—. ¿Estás diciéndome que no te importa como me siento?
—Por supuesto que me importa. No quiero que odies al hombre que amo. Sé que en realidad no puedes alegrarte por mí ahora mismo, pero tal vez podrías aceptar que estoy con Peter, y que soy feliz con él.
—Eso es imposible. No puedes ser feliz con un hombre como Peter. No te hagas esto, ni se lo hagas a tu familia.
Lali negó con la cabeza y su corona se deslizó hacia un lado. Se la quitó de la cabeza y pasó sus dedos sobre los fríos diamantes falsos. No era posible. Su madre nunca cambiaría.
—Henry está muerto. La familia sólo somos nosotras—. Ella contempló a Gwen—. Quiero a Peter. No me hagas escoger.

4 comentarios:

  1. =/ que situacion fea e incomoda!
    Espero maaaas!
    Un beso
    Juli♥
    @amorxca

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  2. Ay estoy muy ansiosa a ver que pasa!y porfi sube mas novelas, me encantan!

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  3. Subi maaaaaaas me encanta esta nove y sin duda te pido k cuando acabe subas otraaaaaaa!!
    Besos y espero el proximo capitulo... :)

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  4. ay nooooooooooooooo!! Me encanta, no quiero que se terminee!

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