Bueno!! El prox ya empieza!!! :D
Prologo
El rojo resplandor
atravesó el aire y tocó las arrugas y los pliegues de la cara de Henry Espósito, mientras sus amados
Appaloosas lo llamaban como una cálida brisa primaveral. Él introdujo una vieja
cinta en el casette y lo puso a funcionar, entonces la voz
profunda y ronca por el whisky de Johnny Cash llenó el pequeño cobertizo. Antes de que Johnny
hubiera encontrado la religión, había sido un juerguista
incorregible.
Un bala
perdida,
y a Henry
le gustaba eso.
Después
Johnny encontró a Jesús y a June, y su carrera se había deslizado al infierno
como una pelota en una canasta. La vida no siempre salía como
se planeaba.
Dios, las
mujeres y la enfermedad siempre se entrometían. Y Henry odiaba todo lo
que se entrometía en sus planes.
Odiaba no tener el
mando.
Se sirvió un bourbon y
se asomó a la pequeña ventana por encima del banco de trabajo. El sol poniente parecía
flotar encima del Monte
Espósito, bautizado después de que los
antepasados de Henry se instalaran en el fértil valle que había debajo. Las sombras afiladas y
grises rodeaban el valle hacia el Lago Mary, llamado así por la tatarabuela de
Henry, Mary
Espósito.
Más de lo que Henry
odiaba a Dios y a la enfermedad y no estar al mando, odiaba la frialdad de los
médicos.
Habían
escarbado y pinchado hasta encontrar algo malo, y ninguno de ellos le
había dicho ni una maldita cosa de las que quería oír. En cada ocasión había
esperado que estuvieran equivocados pero al fin y al cabo no lo
estaban.
Henry empapó aceite de
linaza en algunos trapos viejos de algodón y los incrustó en una caja de cartón. Siempre había tenido la
intención de tener un gran número de nietos a esas alturas, pero sólo quedaba él. Era el último
Espósito. El último en una larga
familia vieja y respetada. Los
Espósito estaban a punto de
extinguirse,
y eso le
devoraba las entrañas. No
habría nadie de su sangre después de que él se fuera... nadie excepto Peter.
Se sentó en una vieja silla
de oficina y llevó el bourbon a sus labios. Era el primero en
admitir que lo había agraviado de niño. Pero durante varios años, había tratado de
compensar a su hijo. Pero Peter era un hombre terco e inclemente. Lo mismo que había sido
un niño atrevido e insolente.
Si Henry tuviese más
tiempo,
estaba
seguro de que él y su hijo habrían llegado a algún tipo de comprensión. Pero ya no tenía tiempo, y Peter no lo hacía
fácil.
De hecho, Peter lo hacía
condenadamente difícil.
Recordó a la madre de Peter, Benita Allegrezza,
dando
golpes en su puerta, afirmando
que Peter había concebido al bebé de pelo rubio que llevaba en los brazos. Henry había desviado su
atención de la mirada de Benita a los grandes ojos azules de su esposa, Ruth, que estaba de pie a su
lado.
Lo había negado como al
demonio.
Por
supuesto,
sabía que en realidad había una buena
probabilidad de que lo que afirmaba Benita fuera cierto, pero él había negado
incluso la posibilidad. Aun
si Henry no hubiera estado casado, nunca hubiera elegido tener un
niño con una mujer como Benita. Esa gente era demasiado morena en su mayoria, a pesar de que Benita era tan blanca como Henry mismo. Aún así era demasiado volátil y demasiado religiosa
para su gusto.
Si no hubiera sido por
el hermano de Benita, Josu, nadie hubiera sabido de
su lío con la joven viuda. Pero ese bastardo amante de las
ovejas había tratado de chantajearle para que reconociera a Peter como hijo
suyo.
Pensó que
Josu alardeaba cuando el hombre se plantó en su puerta y amenazó con decir a toda la gente del pueblo que
Henry se había aprovechado de su afligida hermana y la había dejado preñada. Había ignorado la
amenaza,
pero Josu
no alardeaba.
De nuevo
Henry negó su paternidad.
Sin embargo, cuando Peter tenía cinco años, parecía
tanto un
Espósito que ya nadie creía a Henry. Ni siquiera Ruth. Ella se había
divorciado de él y se había llevado la mitad de su dinero.
Pero entonces, él todavía tenía
tiempo.
Estaba al
final de los treinta. Todavía
era un hombre joven.
Henry cogió una 357 y
metió seis balas en el cilindro. Después de Ruth, encontró a su segunda
esposa,
Gwen. Si bien Gwen era una
pobre madre soltera de dudosa ascendencia, se había casado con
ella por varias razones. Obviamente no era estéril, y tenía sospechas de
que Ruth lo era,
y además
era tan bella que dolía. Ella y su hija habían estado
tan agradecidas
que habían
sido fáciles de moldear para lo que él quería. Pero sin embargo, su hijastra lo había
decepcionado amargamente, y la única cosa que quería de
Gwen,
no se la
había dado.
Después de
años de matrimonio, no
le había dado un heredero legítimo.
Henry hizo girar el
cilindro acariciando el revólver con su mano. Con la punta de la
pistola,
empujó la
caja de trapos de linaza más cerca de la caldera. No quería que nadie
limpiara el desorden después de que se fuera. La canción que había estado
esperando oír sonó en el altavoz, y subió el volumen de la cinta
mientras Johnny cantaba algo sobre caer en un anillo ardiente de fuego.
Sus ojos se pusieron un
poco brumosos cuando pensó en su vida y en la gente que dejaba atrás. Era una verdadera lástima
no estar allí para ver la expresión de sus caras cuando descubrieran lo que
había hecho.
wowwwww, me encanto amigaaaaaaaa! :) Quiero YA el primer cap!! :)
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