Chicassssssssss!!!!! bueno les dejo el cap! Van a ser mas cortos porque son los ultimos!! Firmennn :D hay hasta el 21!
Capítulo Diecisiete
A Lali la despertó el
suave roce de las puntas unos dedos acariciando su columna vertebral. Abrió los
ojos y clavó los ojos en el ancho pecho velludo de Peter a menos de dos
centímetros de su nariz. Ella se puso sobre el estómago, y un rayo del
brillante sol matutino cayó sobre su piel.
—Buenos días.
No estaba segura, pero
creyó sentir como la besaba en la coronilla.
—¿Qué hora es?
—Casi las ocho y media.
—Mierda—. Rodó hacia su
lado y se habría caído al suelo si él no la hubiera agarrado del brazo y puesto
una pierna desnuda sobre sus caderas. Una delgada sábana de flores era lo único
que los separaba. Ella subió la mirada al mismo dosel rosado en donde se había
despertado la mayoría de las mañanas cuando era más joven. La cama era pequeña
para una persona, y mucho más para una persona del tamaño de Peter—. Tengo una
cita a las nueve—. Ella reunió valor y lo miró, su peor miedo se confirmó. Estaba
guapísimo por la mañana. La sombra de la barba hacía más oscura su mandíbula, debajo
de sus gruesas pestañas, sus ojos eran demasiados intensos y alertas para las
ocho y media de la mañana.
—¿No puedes cancelarla?
Ella negó con la cabeza
y echó un vistazo alrededor buscando sus ropas.
—Si salgo dentro de
diez minutos, podría llegar a tiempo—. Lo volvió a mirar a la cara y lo pilló
clavando los ojos en ella, y mirándola como si estuviera memorizando todos sus
rasgos o pasando revista a sus defectos. Podía sentir como sus mejillas se
ponían ardientes, y se enderezó, apretando la sábana contra su pecho—. Sé que
parezco un adefesio— dijo, pero él no la miraba como si estuviera medio muerta.
Tal vez una por una vez en su vida había tenido suerte y no tenía ojeras. —¿No?
—¿Te digo la verdad?
—Sí.
—De acuerdo—. Él cogió
su mano y besó la palma—. Estás mejor que cuando ibas de pitufo.
Una arruga apareció en
las esquinas de sus ojos, y Lali sintió un cosquilleo caliente que subió desde
las puntas de sus dedos y se extendió a través de sus pechos. Éste era el Peter
que amaba. El Peter que bromeaba mientras la besaba. El hombre que la podía
hacer reír incluso cuando quería llorar.
—Te debería haber dicho
que mintieras —dijo y apartó su mano antes de que se le olvidase la cita de las
nueve. Tomó sus ropas tiradas en el suelo al lado de ella. Le dio la espalda,
alcanzándolas y se vistió tan rápidamente como le era posible.
Detrás de ella sonaron
los resortes del colchón cuando Peter se puso de pie. Él se desplazó por la
habitación, recogiendo su ropa del suelo, completamente despreocupado por su
desnudez. Con un calcetín en la mano, ella lo miró meter las piernas en el
Levi’s y abotonarlo. Bajo la tenue luz matutina, Peter Lanzani era un caño de
primera. La vida no era justa.
—Dame tus llaves, y te
calentaré el coche.
Lali metió el pie en el
calcetín. Nadie se había ofrecido nunca para calentar su coche, y el simple
gesto la conmovió.
—En el bolsillo del
abrigo—. Después de que él dejara el dormitorio, Lali se lavó la cara y cepilló
los dientes y el pelo. Cuando cerró la casa detrás de ella, las ventanillas del
Cadillac de Henry estaban limpias. Nadie había raspado nunca sus ventanillas
tampoco. La nieve nueva parecían lunares brillantes contra el fondo plateado.
Estuvo a punto de llorar. Nadie se había preocupado nunca por su seguridad y
bienestar, excepto tal vez su antiguo novio Eddy Castillo. Había sido un forofo
del ejercicio, preocupado por su dieta. Le había regalado un Salad Shooter[1] por
su cumpleaños, pero un electrodoméstico para la cocina no se podía comparar con
calentar el coche y raspar sus ventanillas.
No preguntó a Peter
cuando lo vería otra vez. Él tampoco lo dijo. Habían pasado la noche como
amantes, pero no se había mencionado el amor ni siquiera planes para cenar.
Lali logró llegar a la
peluquería momentos antes que su primer cliente, Gina Fisher, que se había
graduado un año después de Lali en la escuela y tenía tres niños menores de
cinco años. Gina había llevado su grueso pelo por la cintura desde el séptimo
grado. Lali se lo puso por los hombros y se lo cortó en capas. Le puso reflejos
rojos e hizo a la cansada madre verse joven otra vez. Después de Gina, peinó a
una chica que quería parecerse a Claire Danes. Tuvo un tinte a las once, cuando
cerró la peluquería al mediodía finalmente pudo darse una ducha. Se dijo que no
estaba esperando la llamada de Peter o el sonido de su Jeep, pero por supuesto
lo hacía.
Como aún no lo había
escuchado a las seis de la tarde, se subió al Cadillac para hacer unas compras
de Navidad. No había comprado el regalo aún para su madre y acabó por comprar
una de esas guías trampa para turistas de elevado precio en la repleta tienda de
Eddie Bauer. No encontró nada para su madre, pero soltó setenta pavos en una
camisa de franela, del mismo verde que los ojos de Peter. La envolvió en papel
de regalo de aluminio rojo, y cuando llegó a casa y la puso encima de la mesa
del comedor. No tenía mensajes en el contestador. Rebobinó toda la cinta sólo
para estar segura, pero él no había llamado.
No supo nada de él ni
al día siguiente, ni la mañana de Navidad, y se sentía más sola que nunca en su
vida. Se sobrepuso a sus nervios y llamó a Peter para desearle Feliz Navidad,
pero no le contestó. Pensó en pasar por su casa para ver si estaba allí y la
evitaba. Finalmente, condujo a casa de su madre para visitar a Duke y Dolores.
Al menos los dos Weimaraners estaban felices de verla.
Al mediodía, se había
enganchado a una película de zombis llamada The
Christmas Story, sobre un
niño que se llamaba Ralphie. Sabía lo que era desear algo que no se podía
tener. Y también sabía lo que era tener a una madre que la hacía llevar un
horrible disfraz de conejito. Cuando Ralphie estaba a punto de sacarle los ojos
con su pistola “Red Ryder B-B”, el timbre de la puerta sonó. Los Weimaraners
levantaron sus cabezas, luego se volvieron a tumbar, probando que no eran
demasiado buenos como perros guardianes.
Peter estaba de pie
sobre el porche con su chaqueta de cuero y sus Oakley. Su aliento flotaba en el
aire frío mientras curvaba su boca con una lenta sonrisa sensual. Él estaba tan
bueno como para cubrirlo de azúcar por completo y comerlo. Lali no sabía si
dejarlo entrar o darle un portazo en las narices por dejarla colgada los
pasados dos días. La brillante caja dorada de su mano decidió su destino. Lo
dejó entrar.
Él se sacó las gafas de
sol y las metió en un bolsillo y sacó un trozo de muérdago y lo puso sobre su
cabeza.
—Feliz Navidad, — dijo.
Su boca caliente cubrió la suya, y ella sintió el beso hasta la punta de los
pies. Cuando él se separó para mirarla, ella colocó las palmas de las manos en
sus mejillas y le hizo bajar para seguir. Ella ni siquiera se molestó ocultar
sus sentimientos. No estaba segura de poder hacerlo de todas maneras. Pasó sus
manos sobre sus hombros y a través de su pecho, y cuando terminó, le acusó, —
Te he echado de menos.
—Estuve en Boise
anoche, hasta muy tarde—. Cambió el peso de pie y le tendió la caja—. Esto es
para ti. Me cautivó cuando la descubrí.
Ella miró la caja
dorada y pasó suavemente una mano por encima.
—Tal vez debería
esperar. Tengo un regalo para ti en mi apartamento.
—No —insistió como un
reo en el corredor de la muerte que sólo quería apresurarse y terminar todo tan
rápido como fuera posible—. Adelante, ábrelo ya.
Bajo sus manos, el
suave papel fue desgarrado con excitación. Apoyada en un lecho de pañuelos de
papel había una corona de diamantes falsos como las que se daban en los
concursos de belleza.
—Desde que Helen te
robó esa corona en la escuela secundaria, siempre pensé que te traería una
mejor.
Era grande y llamativa
y absolutamente la cosa más bella que nunca había visto. Se mordió el labio
inferior para que no le temblara cuando sacó la corona de su suave lecho y le
dio la caja a Peter.
—Me encanta—. Los
diamantes falsos reflejaron la luz y resplandecieron a través del vestíbulo. Se
la colocó en la cabeza y se miró en el espejo al lado de la percha. Las piedras
brillantes tenían forma de corazones y con un corazón central mayor que el
resto. Ella parpadeó para contener las lágrimas mientras lo miraba a través del
espejo—. Éste es el mejor regalo de Navidad que me han dado jamás.
—Me alegro de que te
guste—. Él colocó sus grandes palmas en su estómago, luego las deslizó bajo su
suéter hacia sus pechos. A través de su sujetador de encaje, ahuecó sus pechos,
sus dedos presionaron su carne cuando la echó hacia atrás contra su pecho—. En
el largo viaje en el coche desde Boise la noche pasada, pensé en ti llevándola
puesta y sin nada más encima.
—¿Alguna vez has hecho
el amor con una reina?
Él negó con la cabeza y
sonrió abiertamente.
—Eres la primera.
Ella agarró su muñeca y
lo llevó hacia el sofá donde había estado viendo la televisión. La desnudó con
manos lentas y lánguidas y la hizo sentirse bella, deseada y amada allí mismo
en el sofá de color limón de su madre. Ella pasó las puntas de sus dedos por su
caliente espalda desnuda y besó su hombro suave. Deseó que aquel momento durara
para siempre. Su piel se estremeció y su cuerpo se encendió. Su corazón se
hinchó cuando él besó sus pechos sensibles, y cuándo él enterró su erección
caliente en el interior profundo de su cuerpo, estaba más que preparada. Él
colocó sus manos a ambos lados de su cara y la miró fijamente a los ojos
mientras lentamente la penetraba una y otra vez.
Ella miró su cara, su
mirada verde, viva con la pasión que él sentía por ella, sus labios húmedos por
su beso, su respiración entrecortada.
—Te amo, Peter, —
murmuró. Él se detuvo por un momento, luego se zambulló más profundamente, más
duro, una vez y otra vez, y ella murmuró su amor con cada envite hasta que cayó
de cabeza en el éxtasis más dulce de su vida. Oyó sus primitivos y profundos
gemidos y la mezcla de palabras a la vez ruego y maldición. Luego su peso se
derrumbó sobre ella.
Comencé a leer su nove ayer y me encantó. Ya estoy ansiosa por el prójimo capitulo!!
ResponderEliminarMe encantaaaaaaaaaaaaa :)
ResponderEliminarBuenisima :)
Me encantoooooooo!!!!!! :)
ResponderEliminarQue lindoooos! me encanto!
ResponderEliminarme encantoooooooooo! mas mas mas mas - juli @siempreconlyp
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