domingo, 3 de junio de 2012

Cap 20 Final!


Llego el final!!!! Espero les haya gustado la nove!! Muchas gracias a las que lo leyeron, a las que firmaron y siempre me dieron para adelante!! :D Capaz suba otra nove!
Espero les guste!!!

Capitulo 20



Cuando Pepo se fue, Peter se levantó del suelo y medio se arrastró a la cama. Durmió hasta la mañana siguiente y al despertar sintió como si hubiera sido atropellado por un monstruoso camión. Tomó una ducha, pero no se sintió mucho mejor. Le dolía la parte posterior de la cabeza y tenía un ojo morado. Y eso no era lo peor de todo. La certeza de que Pepo tenía razón era mucho peor. Había echado a Lali de su vida. Había pensado que la podría borrar de sus pensamientos. Había pensado que se sentiría mejor. Pero nunca se había sentido tan mal.
¿Eres un cobarde de mierda? En lugar de luchar por Lali, había retomado las viejas costumbres. En lugar de correr el riesgo, la había herido antes de que ella le lastimara a él. En lugar de correr el riesgo, había huido. En lugar de agarrarla con ambos brazos, la había apartado de su lado.
Le había dicho que lo amaba, y se preguntó si lo habría fastidiado todo. Era posible que no mereciera su amor, pero lo quería. ¿Y si ya no le amaba? Preguntaba esa molesta vocecita. Había hecho que lo amara una vez. Lo podría conseguir de nuevo.
Se vistió y salió por la puerta dispuesto a correr el riesgo más grande de su vida. Condujo hasta el apartamento de Lali, pero no estaba en casa. Era sábado, y la peluquería también estaba cerrada. No era una buena señal.
Fue a casa de su madre, pero Gwen ni se dignó siquiera a dirigirle la palabra. Miró en el garaje para saber si Lali estaba escondiéndose y evitándole. El Cadillac de Henry estaba dentro. El pequeño Miata amarillo no.
La buscó por todo el pueblo, y cuanto más la buscaba, más desesperado estaba por encontrarla. Quería hacerla feliz. Quería hacerle una casa en Angel Beach o donde fuera que quisiera. Si quería vivir en Phoenix o Seattle o Chattanooga, o Tennessee, no le importaba, mientras él viviera allí con ella. Quería el sueño. Quería todo. Ahora todo lo que tenía que hacer era encontrarla.
Preguntó a Cande, pero no había hablado con Lali. Cuando la peluquería siguió cerrada la mañana del lunes, Peter visitó a Max Harrison.
—¿Has hablado con Lali?— preguntó al entrar en la oficina del abogado.
Max levantó la vista y se tomó su tiempo antes de contestar.
—Me llamó ayer.
—¿Dónde está?
Otra vez se tomó su tiempo.
—Supongo que lo sabrás pronto de todas maneras. Ha dejado el pueblo.
Las palabras lo golpearon en el pecho como si lo hubiera atropellado un todoterreno.
—Mierda—. Peter se hundió en una silla y frotó su mandíbula con una mano—. ¿Dónde ha ido?
—No me lo dijo.
—¿Cómo que no lo hizo?— dejó caer su mano sobre el muslo—. Dijiste que te llamó.
—Lo hizo. Llamó para decirme que había dejado el pueblo, y que había roto las condiciones del testamento. No me dijo ni a dónde iba, ni que iba a hacer. Le pregunté, pero no me lo dijo. Supongo que pensó que se lo diría a su madre antes de que ella quisiera que Gwen lo supiera—. Max inclinó la cabeza hacia un lado—. Esto quiere decir que consigues la parte de Lali. Felicidades, ven en junio, y lo tendrás todo.
Peter sacudió la cabeza y se rió sin humor. Sin Lali no había nada. No tenía nada. Miró al abogado de Henry y dijo:
— Lali y yo mantuvimos una relación sexual antes de que se fuera del pueblo. Díselo a Frank Stuart y hacer lo que sea que tengáis que hacer para aseguraros que ella recibe esas propiedades en Angel Beach y  Silver Creek.
Max lo miró sumamente indignado y harto de todo ese lío. Peter conocía la sensación.
Dos semanas después de visitar a Max, todavía no sabía nada. Había perseguido persistentemente a Gwen y Max Harrison, y había llamado a la peluquería en la que Lali había trabajado en Scottsdale. No habían sabido nada de ella desde que los había dejado en junio. Peter se estaba volviendo loco. Ya no sabía donde buscar. Nunca sospechó que debería haber preguntado a su propia familia.
—Oí que Lali Espósito está trabajando en Boise, —mencionó Pepo casualmente mientras tomaba una cucharada de sopa.
Todo dentro de Peter se calmó y contempló a su hermano. Pepo, Sophie y él estaban sentados en la mesa del comedor de su madre para el almuerzo.
—¿Dónde lo oíste?
—A Cande. Me dijo que Lali estaba trabajando en la peluquería de su primo Ali.
Lentamente Peter bajó la cuchara.
—¿Cuanto hace que lo sabes?
—Unos días.
—¿Y no me lo dijiste?
Pepo se encogió de hombros.
—No pensé que lo querrías saber.
Peter aguantó. No podía decidir si abrazar a su hermano o golpearlo en la cabeza.
—Sabías que lo querría saber.
—Puede que pensara que necesitabas recapacitar antes de verla otra vez.
—¿Por qué querría Peter ver a esa chica?— preguntó Benita—. Lo mejor que hizo nunca fue dejar el pueblo. Por fin está pasando lo correcto.
—Lo correcto hubiera sido que Henry aceptara su responsabilidad hace mucho tiempo. Pero no tuvo ningún interés por mí hasta que se le acabó el tiempo.
—Si no fuera por esa chica y su madre, te habría aceptado hace muchos años.
—Y los monos podrían tener alas en el culo, —dijo Sophie mientras se echaba sal y pimienta, — pero lo dudo.
Pepo levantó una ceja con asombro mientras Peter se reía.
—Sophie, — Benita se quedó sin aliento—. ¿Dónde oíste ese horrible lenguaje?
Hubiera podido ser en un buen número de lugares, comenzando por su padre y su tío y terminando con la televisión. Su respuesta asombró a Peter.
—A Lali.
—¡Oye!— Benita se levantó y se movió hacia Peter—. Esa chica no es buena. Mantente lejos de ella.
—Eso va a ser un poco de difícil cuando conduzca a Boise para encontrarla. La amo, y le voy a pedir que se case conmigo.
Benita se detuvo y puso una mano en su garganta como si Peter la estuviera estrangulando.
—Siempre has dicho que querías que fuera feliz. Lali me hace feliz, y ya no voy a vivir más sin ella. Voy a hacer lo que sea necesario para que vuelva a mi vida—. Hizo una pausa y miró la cara atontada de su madre—. Y si no puedes alegrarte por mí, será mejor que te mantengas alejada hasta que lo puedas fingir.

A Lali le horrorizó reconocerlo, y ciertamente nunca lo admitiría en voz alta, pero echaba de menos las ondas. En realidad, echaba de menos a Wannetta. Pero era mucho más grave que echar de menos a la vieja cotilla. Echaba de menos vivir en Truly. Extrañaba vivir en un lugar donde todo el mundo la conocía, y dónde también conocía a todo el mundo.
Ella quitó las pinzas de los tirantes de su tirolés y los colocó en su puesto de trabajo. A ambos lados, peluqueras cortaban y peinaban en la moderna peluquería del centro de Boise. El salón de belleza de Ali estaba ubicado en un almacén rehabilitado, y todo era muy moderno y nuevo. El tipo de peluquería que a ella siempre le había gustado y en la cuál antes hubiera amado trabajar, pero ahora era diferente. No era suya.
Alcanzó una escoba y barrió el pelo de su última clienta. Durante diez años había vivido en lugares donde no tenía pasado, ni historia, ni enemigas perpetuas  de la escuela. Había vivido en cuatro estados diferentes, siempre buscando algo, el lugar perfecto para establecerse. Su vida había completado el círculo, y lo más irónico de todo era que había encontrado el lugar perfecto exactamente donde lo había dejado. Se sentía como Dorothy en El Mago de Oz, sólo que nunca podría volver a casa. No ahora.
Boise era una bonita ciudad y tenía mucho que ofrecer. Pero no tenía un Santa Claus con tanga o un desfile cada día de fiesta. No tenía el ritmo ni el latido de un pequeño pueblo.
No tenía a Peter.
Terminó de barrer el pelo en un montón, entonces cogió un recogedor. No tener a Peter en la misma ciudad le debería haber hecho sentirse mejor. Pero no la hacía. Lo amaba, y supo que siempre lo haría. Deseó poder seguir adelante y olvidarse de Peter Lanzani, pero ni siquiera se podía obligar a marcharse del estado. Le amaba, pero no podía vivir cerca de él. Ni por tres millones de dólares. La decisión de irse no había sido tan difícil. No había nada que pudiera hacer que se pasara los siguientes cinco meses viendo a Peter con otras mujeres. Ni por todo el dinero del mundo.
El timbre de la puerta sonó mientras Lali vaciaba el pelo en una papelera. Oyó un femenino suspiro colectivo en los otros puestos de trabajo y el ruido sordo de botas.
—¿Te puedo ayudar?
—Gracias — dijo dolorosamente una voz familiar—. Encontré lo que estaba buscando.
Ella se giró y miró a Peter a un brazo de distancia.
—¿Qué quieres?
—Quiero hablar contigo.
Él se había cortado el pelo. Un rizado mechón oscuro y caía sobre su frente. Le quitaba la respiración.
—Estoy ocupada.
—Dame cinco minutos.
—¿Tengo alguna opción?— preguntó, esperando que él dijera que no y así poder mandarlo al infierno.
Él cambió el peso de pie y metió las manos en los bolsillos de los pantalones vaqueros.
—Sí.
Su respuesta la desarmó y se volvió a Ali, quien trabajaba en el siguiente puesto.
—Vuelvo en cinco minutos, — dijo y se dirigió a la puerta. Con Peter justo detrás de ella, entró en el vestíbulo y se detuvo al lado de un teléfono público—. Tienes cinco minutos—. Se apoyó contra la pared y cruzó los brazos sobre sus pechos.
—¿Por qué te fuiste del pueblo tan deprisa?
Ella se miró los pies, metidos en unas nuevas plataformas de cuero. Las había comprado para sentirse mejor, pero no había ayudado.
—Necesitaba irme.
—¿Por qué? Querías todo ese dinero.
—Evidentemente necesitaba más irme de lo que quería todo ese dinero.
—Hablé con Max sobre nosotros. Ángel Beach y Silver Creek te pertenecen ahora.
Ella se contuvo con fuerza, luchando por no estallar. No se podía creer que hablaran de una estúpida propiedad que no le importaba lo más mínimo.
—¿Por qué se lo dijiste?
—No me pareció correcto quedarme con todo.
—¿Eso es lo que querías decirme?
—No. Vine para decirte que sé que te hice daño y que lo siento.
Ella cerró los ojos.
—No importa — dijo porque quería que no le importara—. Dije que te amaba, luego llamaste a Gail para que fuera a tu casa para acostarte con ella.
—No la llamé. Sólo apareció, y no tuvimos relaciones sexuales.
—Vi que las ibais a tener.
—No pasó nada. Y no iba a pasar nada. Viste lo que yo quería que vieras, pensaste lo que quise que pensaras.
Ella levantó su mirada a la de él.
—¿Por qué?
Él aspiró profundamente.
—Porque te amo.
—No tiene gracia.
—Lo sé. Nunca he amado a ninguna mujer más que a ti.
No lo creyó. No podía creerle y arriesgar su corazón otra vez. Dolía demasiado cuando se lo rompía.
—No, te gusta confundirme y volverme loca. En realidad, no me amas. No sabes lo que es el amor.
—Bueno, creo que lo sé—. Bajó las cejas y dio un paso hacia ella—. Te he amado toda mi vida, Lali. No puedo recordar un día en que no lo hiciera. Te amaba el día que prácticamente te dejé inconsciente con una bola de nieve. Te amaba cuando pinché la rueda de tu bicicleta para poder acompañarte a casa. Te amaba cuando te ví escondida detrás de las gafas de sol en el Value Rite, y te amaba mientras estabas colgada por ese hijo de puta perdedor de Tommy Markham. Nunca olvidé el olor de tu pelo o la textura de tu piel desde la noche que te subí al capó de mi coche en Angel Beach. Así que no me digas que no te amo. No me lo digas — Su voz tembló y la señaló con el dedo—. No me digas nada de eso.
Lali parpadeó y se clavó las uñas en los brazos. No quería creerle, pero al mismo tiempo, quería creer en él más de lo que quería vivir. Quiso al mismo tiempo lanzarse a sus brazos y machacarlo a puñetazos.
—Esto es totalmente típico de ti. Cuando ya me tienes convencida de que eres un enorme imbécil, quieres que piense que no lo eres—. Una lágrima cayó de sus ojos y se la quitó con el dorso de la mano—. Pero realmente eres un imbécil, Peter. Me rompes el corazón, ¿y ahora crees que puedes venir aquí y decirme que me amas y se supone que tengo que olvidarlo todo?— Terminó antes de perder el control y echarse a llorar.
Peter pasó sus brazos alrededor de ella y la retuvo contra su pecho. Ella no lo sabía, pero no tenía ni la más mínima intención de dejarla ir. No ahora. Jamás.
—Lo sé. Sé que he sido un imbécil, y no tengo ninguna excusa. Pero tocarte y amarte, y pensar que planeabas dejarme, me sacó de quicio. Después de que hiciéramos el amor la segunda vez, comencé a pensar que tal vez quisieras quedarte conmigo. Comencé a pensar en nosotros despertando juntos todos los días durante el resto de nuestras vidas. Incluso pensé en niños y tomar algunas de esas clases de respiración cuando te quedases embarazada. Tal vez comprar un monovolumen. Pero entonces Gwen llegó a su casa, y le dijiste que te irías, y pensé que había estado fantaseando otra vez. Tuve miedo de que realmente te fueras, así que hice que me dejaras antes. Pero no pensé que te marcharías del pueblo—. Desde dentro de su chaqueta de cuero ella inhaló por la nariz pero no habló. Ella no le había dicho que lo amaba y él se sentía morir por dentro—. Por favor di algo.
—¿Un monovolumen? No te pega nada un monovolumen.
No era exactamente lo que él esperaba, pero tampoco era mala señal. No lo había mandado al infierno.
—Te compraré lo que sea que quieras si me dices que me amas.
Ella lo contempló. Sus ojos estaban mojados y su maquillaje corrido.
—No tienes que sobornarme. Te amo tanto que no puedo pensar en nada más.
El alivio lo inundó y cerró los ojos.
—Gracias a Dios, tenía miedo que me odiaras para siempre.
—No, ese ha sido siempre mi problema. Nunca te pude odiar aunque debería haberlo hecho, —dijo con un suspiro y metió sus dedos entre su pelo corto—. ¿Por qué te cortaste el pelo?
—Me dijiste una vez que me lo cortara—. Le limpió las lágrimas con los pulgares—. Pensé que podría ayudar a convencerte.
—Te queda bien.
—Eres maravillosa—. La besó suavemente, saboreando sus labios. Su lengua entró en su boca y tocó la suya con una suave caricia que tenía intención de drogarla mientras le cogía la mano izquierda y le deslizaba un solitario con un diamante de tres quilates en el dedo anular.
Ella echó para atrás y bajó la vista hacia su mano.
—Podías preguntarme.
—¿Y darte la oportunidad de que me digas que no? Jamás.
Lali negó con la cabeza y le devolvió la mirada.
—No te diré que no.
Él aspiró profundamente.
—Mariana Espósito, amor de toda mi vida, prometo cuidarte siempre, no dejar que nadie jamás te lastime con una bola de nieve –ella rió- amarte inclusive en las mañanas cuando crees estar como un adefesio aun cuando eres lo mas hermoso que he visto. –ella lo miraba con ojos llorosos- ¿Te casarías conmigo?
—Sí, porque siempre te he amado, incluso antes, cuando me golpeabas con bolas de nieve o te burlabas de mi, te he amado desde la primera vez que te vi cuando estabas en el patio de Henry, escondido tras los arbustos, desde el primer dia que te vi.—. Se puso de puntas de pie y lo beso, con el amor que siempre sintió por él, con el amor que no podía reprimir aunque quisiera. Luego envolvió los brazos alrededor de su cuello y le besó la garganta—. Ahora llévame a casa.
—No sé donde vives.
—No. Quiero decir a Truly. Llévame a casa.
—¿Estás segura?— preguntó él, sabía que no la merecía, ni la felicidad que inundaba su pecho pero iba a agarrar todo con las dos manos—. Podríamos vivir donde quieras. Puedo traer el negocio de vuelta a Boise si quieres.
—Quiero ir a casa. Contigo.
Él retrocedió un poco para leer en sus ojos.
—¿Qué puedo darte viendo todo lo qué me has dado?
—Sólo ámame.
—Eso es muy fácil.
Ella negó con la cabeza.
—No, no lo es. Ya has visto la pinta que tengo por las mañanas, y no te creo que estoy hermosa ya que he podido verme.— Extendió la mano sobre su pecho y estudió su dedo— ¿Qué puedo darte yo? Obtengo un tío realmente guapo y que está para comérselo por la mañana, y también un gran anillo. ¿Qué ganas tú?
—Tengo lo único que quise siempre—. La abrazó y sonrió—. A ti, Fierecilla.

9 comentarios:

  1. AHDKJGFASF LO AME =D
    Me FASCINO!
    BUENISIMO
    GENIAL
    INCREIBLE :)
    Espero que subas otra pronto!
    Un beso
    Juli♥
    @amorxca

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  2. no quiero que se termineeeeeeeeeeee! :( más tiernossss ♥ me encanto la nove amiga, de verdad! Y si si si si si, ESPERO LA PROXIMA NOVE eh.... jajaja Muchas gracias por subirla! BESOS ♥ Pronto nos leemos otra vez? ajaja

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  3. ay mas tiernooooooooooooooooooooos!!!!!!!!!!!no quiero que se termineeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!creo que voy a hacer un maraton y leerlo todo otra vez!!! me encantoooooooo!!!!!!!!!ojala que subas otro!!!!Besoos!!!!!! <3

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  4. Que lindaaaaaaaaaaa!! Una segundaaa parteeeee jajaja!!
    Espero la nueva seguro está tan genial o mejor que esta!
    Besoooos! (:

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  5. me encaaattooo subii otraaaaa

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  6. Esta genial la Novela lastima que termino, espero la próxima!!!! Gracias por subirla @ Titel842

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  7. hace poquito la encontre a tu nove y ya me la lei todo... y dejame decirte q SOS UNA GENIA..... AME LA NOVE... Espero q subas otra xq son genial...
    Besos q estes bien..!!!!!! :)

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  8. Me la leí en dos días y la verdad que me encantó, espero la siguiente :)

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  9. http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ pasate!! novela yo leere la tuya desde el principio :)

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